La muerte de un hijo es el dolor
más grande que pueda existir. Pero si la muerte se produce por un hecho gratuito que corta el ciclo natural de la vida como puede ser una brutal negligencia médica y encima no se encuentra justicia, sólo se encuentra violación de la ley, burla y provocación, al corazón herido de muerte se le acumula tal cantidad de sentimientos encontrados que la vida que ya no es vida se convierte en un infierno del cual resulta imposible escapar.